San Ignacio, en su Ejercicios Espirituales nos enseña a descubrir algo importante:
No el mucho saber harta y satisface el alma,
sino el sentir y gustar de las cosas internamente.
Nos recuerda un principio esencial: no es la acumulación de conocimientos intelectuales lo que
alimenta el alma, sino el asimilar y gustar íntimamente los misterios de nuestra fe. Lo que importa no
es tener muchas ideas, sino penetrar a fondo las verdades esenciales...
¿Cómo aplicarías esta intuición de San Ignacio para el Colegio en general y más específicamente para nuestro proyecto de trabajo 2015 en Educación Cívica? Una clave: fijate en el Contrato Didáctico.
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